Ésta es la noticia que jamás querríamos haber escrito. Lino Casañ, socio de la sección de Triatlon, ha fallecido repentinamente. Deportista vocacional y de carácter, amante de los retos, nos ha dejado tan inesperadamente, que aún nos cuesta encontrar sentido a lo que tenemos que decir. Seguimos perplejos, vapuleados por la muerte de un hombre joven y querido por ser de esas personas que, contra viento y marea, siempre dicen lo que sienten, y lo hacen de corazón.

Esperábamos hablar en unos meses de su participación en el Ironman que él mismo oteaba en el horizonte, de su generosidad con el club y su capacidad de echar una mano para construir, incluso en los momentos más difíciles. Pero ya no lo haremos, ya no podremos tener tantas conversaciones y aventuras pendientes con él y, precisamente eso, es lo que nos tiene aturdidos. Nos queda, en cambio, el recuerdo que perdurará en sus compañeros, esa sonrisa de felicidad cada vez que llegaba a meta, y el amor por su familia.
Lino, estamos en shock. Perdónanos por no saber expresar mejor nuestros sentimientos. Justo en instante, nos quedamos mudos de puro respeto y tristeza. Pero, por favor, donde quiera que estés, sigue entrenando. Lo único que tenemos claro es que tus brazadas, pedaladas, zancadas no cesarán en nuestra memoria.