Podríamos decir que el evento del UTMB en Chamonix es el más importante del mundo en cuanto a trail running se refiere. Aun sin tener la categoría de Campeonato oficial, es sin embargo el de mayor nivel y al que todos los trail runners quieren acudir. Los organizadores han sabido vender muy bien el evento, con un marketing inigualable, unas retransmisiones en vivo de gran calidad y una organización casi perfecta. Si le añadimos la belleza y “dureza” del recorrido, pues tenemos una prueba con la que muchos sueñan ir y experimentar. Las pruebas principales del evento del UTMB son, la prueba reina de 160 kms con 10000m+, la CCC de 100 kms y 6100+ y la OCC de 55 kms con 3500m+. Todas ellas rodean parcial o totalmente el macizo de Mont Blanc. Para inscribirse hay que certificar tu experiencia previa en pruebas similares y, además, pasar un sorteo (si no eres un corredor élite). Antes del COVID conseguí los puntos necesarios y la benevolencia del bombo para participar. Pasaron un par de años en los que tuve que posponer mi estreno y fue al final este año, el que me decidí por correr mis primeros 100kms de montaña. La carrera elegida fue la CCC, cuya ruta sale de Courmayer (ITA), pasando por Champex-Lac (SUI) hasta Chamonix (FR).
La carrera asciende y desciende 5 puertos, lo que te va mermando las fuerzas y te va machacando las piernas poco a poco. ¿Qué fácil y bonito se ve en la tele, no?, ¿Si parece que todo es corrible?, ¿Si el tiempo es soleado?, ¡Ojalá fuera todo de color de rosa!. Yo me veía más o menos preparado, habiendo hecho mis largos de 5h por las montañas de Suiza, y habiendo hecho buenos resultados en maratones correderos de montaña. Sin embargo, mis previsiones fueron, como siempre, demasiado optimistas. Mi coeficiente ITRA me decía que podría rondar las 13.5-15h, así que eso es lo que me marqué en el reloj como guía. No es que fuera detrás de ese tiempo, pero por comparación sabía en cada momento mi tiempo pronosticado en meta. Nada más salir nos cayó una tormenta, empezamos bien. Chubasquero, abrigo, piso resbaladizo. Vamos guardando fuerzas en todo momento y en las bajadas nos pasa todo el mundo. Pienso, ya caerán con las horas. Llego a la mitad de carrera, km 55 (Champex-Lac). Estoy sin fuerzas y ligeramente se me pasa la idea de abandonar al llegar al avituallamiento (voy con 2h de retraso). Inmediatamente mi mente se revela y dice, ¡para nada, hemos entrenado para esta carrera y vamos a acabar como sea!. Le digo a mi mujer que estoy bastante roto, pero como no tengo nada que me impida correr, voy a llegar a Chamonix. Le digo que se abrigue y que me espere a cobijo, que llegaré posiblemente tarde. En esos momentos predecía una hora de llegada de las 2 am. Sin embargo, quedaba la noche y tres puertos interminables. La verdad es que no sé cómo subí y bajé esos tres últimos puertos, a mí me pareció como estar en un sueño. Mentalmente me iba diciendo, primero este puerto y su bajada, luego el siguiente. Luego ya el último. Se me apagó el reloj, ni idea de la hora. Se me apagó el frontal.(cambia pilas a 2200m de altitud y a las 2am). Pude, gracias a Dios, controlar el frío a base de jugar con la ropa de abrigo y el chasquero…y mil historias que pasan y que son imposibles de contar. Al final llegué a meta tras 20h de carrera, a las 5am de la mañana. Mi mujer estaba tiritando en meta. Me duché y, al salir del polideportivo, era ya de día. Volvimos al hotel a desayunar y después a coger la cama. Había estado 30h sin dormir. Y esto lo hacemos por placer…¡madre mía!.
La experiencia ha sido dura, vivencial, épica. No sé si la recomendaría. Es algo difícil de digerir y creo que hay que estar dispuesto a que el recorrido te humille y te apalee. Sin embargo, con los días le vas encontrando su significado transcendental. Estoy muy contento de haber terminado y de no haberme dado por vencido. Muchos dieron media vuelta, pero muchos. Si te retiras sin un motivo mayor, te debilitas, si terminas, tu fuerza de voluntad se fortalece. Así lo veo yo.
Supongo que volveré al UTMB de nuevo, quedan otras carreras del UTMB por hacer y creo que todavía tengo mucho que aprender y por mejorar. Esta vez coincidí con dos Correcaminos, Pedro Alonso que corrió la OCC (55kms) y Chus Mocholí, que corrió la carrera inaugural de 15kms. Espero que en años próximos seamos más Correcaminos los que nos aventuremos al reto. ¿Os animáis?